Es clave extremar el cuidado en la cosecha de verano para que la huerta siga siendo esa fiesta de aromas, colores, sabor y nutrición que es en cada estación del año.
La importancia de los cultivos de verano no radica solo en que es un momento propicio para cosechar diversas especies: también es una etapa clave para mantener la rotación de cultivos. De esta forma, se hace imprescindible cultivar especies distintas a las que se cultivan en invierno y así mantener nutrido el suelo y evitar su degradación.
Pero, como mencionamos, esto requiere tu visión a largo plazo. Por ejemplo, si quieres cosechar fresas en verano, que en Argentina se siembran en invierno, tendrás que anticiparte, además de que se cosechan solo hacia los últimos meses del año. O ten en cuenta qué hortalizas se pueden sembrar en verano, por lo que seguramente tendrás que buscar otras formas de proteger tu suelo si los tiempos no fueran suficientes para poner a punto el cultivo de cobertura, u optar por una especie que pueda cumplir con los ciclos adecuados. para su producción.
Aunque por supuesto no es algo que ocurra con todas las especies, es ahí donde radica el reto de ser agricultor: en coordinar los tiempos de verano con los cultivos y las formas de mantener la salud del suelo y, a su vez, su rendimiento.
Guía INTA para un jardín espléndido
Comienzan los días cálidos y las actividades en el jardín se intensifican. En ese contexto, técnicos de ProHuerta -programa del INTA y del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación- ofrecen una serie de recomendaciones para producir e incorporar nuevas especies.
“Nos entusiasma la huerta de primavera-verano, pero esto implica mover la tierra, fertilizarla y empezar con la siembra”, explicó Claudia Viana, referente del programa ProHuerta del INTA La Pampa. Lo primero que debes tener en cuenta es qué quieres cultivar y en qué cantidad.
Las especies que se pueden plantar son muchas: lechuga, acelga, berenjena, tomate, pimiento, calabaza, albahaca, perejil, melón, sandía, entre otros. Por eso, para Viana “es importante hacer una buena planificación y tener en cuenta lo que más consumimos de esta variedad de hortalizas”. Al mismo tiempo, permite un uso eficiente del espacio disponible.
Las asociaciones de cultivos son otro punto a destacar. “Una hoja y una raíz, por ejemplo: remolacha con acelga, zanahoria con lechuga, tomate con albahaca”, dijo el especialista. Esto es posible porque los requerimientos nutricionales son diferentes y no existe competencia entre ellos.
“Cuando hablamos de un buen plantón, nos referimos a una planta sana, con buen desarrollo de raíz y tallo, por eso nos aseguramos de que esté fuerte”, agregó. La siembra en bandejas es una buena opción ya que permite condiciones óptimas de suelo, agua y temperatura en las primeras etapas de la planta.
Otro aspecto importante es asegurar una buena calidad de las semillas y cubrirlas con la cantidad adecuada de sustrato. Dado que no todas germinarán, la especialista recomendó sembrar entre un 10 y un 15 % más de las que se van a trasplantar.
El sustrato debe tener los nutrientes necesarios, buena retención de agua y aireación, ya que es un elemento clave para la germinación de semillas y el desarrollo de raíces. Se puede utilizar vermicompost o compost, con hojas secas o perlita.
Finalmente, una vez trasplantada, se debe prestar atención a las necesidades hídricas de la especie. Recoger agua de lluvia o generar un sistema de riego por goteo son estrategias para mantener la humedad del suelo. Además, la adición de mantillo o cubierta vegetal protege del sol y del impacto del agua de riego.

Fuente: http://INTA.
Con información de: https://rotoplas.com.a
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